Jesús Martín-Barbero: Revolucionario de la vida y desde el lenguaje

Por Washington Uranga*

El 12 de junio, a los 83 años, nos dejó este maestro que nació en España y que eligió hacerse latinoamericano para transitar, vivir, gozar y sufrir esta tierra, pensar la política y la historia, la vida, desde el prisma de la cultura enraizada en nuestros pueblos.

Quienes estudiaron y seguirán aprendiendo con su profusa bibliografía, recordarán “Desde los medios a la mediaciones” (1987) como su obra maestra. Pero superando largamente sus textos, Jesús Martín-Barbero encarnó en su humilde y generosa forma de ser toda la dimensión del verdadero maestro, de quien asume que para enseñar es necesario aprender escuchando atentamente.

Jesús Martín-Barbero y Washington Uranga (fotografía del archivo personal de Washington Uranga)

Por eso afirmaba, ya en 1972 cuando escribió su tesis doctoral en filosofía (publicada por primera vez en 2018), que “dialogar es entrar en una relación de persona a persona, es lanzar mi palabra al encuentro no de una resonancia sino de una respuesta. Cuando me dirijo a otro no es un discurso universal que yo busco, sino por el contrario su palabra particular. Hacer una pregunta es asumir un nombre. En su respuesta o su mudez, el otro acepta o no de formar el ‘nosotros’ que hace posible la comunicación. El diálogo se teje así sobre un fondo de nombres, o mejor de pronombres personales que forman la textura de la intersubjetividad”. Esta es la manera en la que Jesús Martín-Barbero entendía la comunicación.

En ese mismo trabajo afirmó que “como fundamento y raíz de la socialidad, la comunicación viene a ser el tejido en el que se enlazan y se anudan los hombres” y que por lo tanto “toda revolución es la búsqueda de una nueva forma de comunicación y que todo cambio que afecte a la comunicación ataca los elementos de la convivencia”.

Jesús Martín-Barbero fue el hombre que, en medio del espesor de su construcción intelectual, proclamaba la emancipación afirmando que “es aquel tipo de libertad que nos haga más iguales, es decir, que vaya destruyendo todas las desigualdades que se colincharon [nota: en Colombia colinchar significa integrar, unir], que se colgaron de una noción completamente perversa, no emancipada, de libertad. Es el ricachón que piensa que con su dinero, como es suyo, puede hacer lo que la da la gana. En este planeta vivimos todos y entonces tienes que comenzar a pensar en la mayoría y cuando empiezas a pensar en la mayoría te das cuenta lo difícil que es ayudar a emanciparnos personalmente. Y sabemos la cantidad de cosas de las que nos tendríamos que emancipar” (Página 12, 24 de noviembre de 2014).

El mismo que, a contrapelo de cierto acartonamiento científico y académico se atrevió a promover “la vuelta al caos” convencido de que “actualmente este mundo está tan fuera de órbita que solo un regreso al caos nos va a permitir reinventar la sociedad”. Alentando al mismo tiempo la búsqueda de “una sociedad con capacidad de acoger toda la diversidad que hoy existe en este planeta, toda la diversidad de sensibilidades, de inventiva, de tipos de esperanza, toda la diversidad narrativa que hay hoy, la explosión narrativa de los jóvenes”.


* Periodista, docente e investigador de la comunicación. Su campo de especialización son los temas de comunicación vinculados con la ciudadanía, la participación, las políticas públicas y la planificación de procesos comunicacionales. Se desempeña como periodista en el diario Página 12, donde es responsable la sección La Ventana, y escribe sobre temas de comunicación en medios académicos y científicos. Es profesor titular del Taller de la Orientación Políticas y Planificación de la Comunicación de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires.

Fotografía de portada: Pressenza-Agencia Internacional de Noticias