Por Marina Sánchez de Bustamante* y Constanza Garbocci**
A comienzos de agosto, la conductora televisiva Paula Chaves publicó un texto en su cuenta de Instagram alusivo a la Semana Mundial de la Lactancia Materna (una campaña de promoción y apoyo a la lactancia, patrocinada por la Organización Mundial de la Salud y UNICEF). Chaves fue madre recientemente. Filipa, su tercera hija, nació el 4 de julio, en plena pandemia.
También otras famosas parieron en el contexto del ASPO (la China Suárez, por ejemplo). Las particularidades de los embarazos, las experiencias de los días previos y posteriores a los alumbramientos, se narraron en múltiples fuentes periodísticas sobre espectáculos y chimentos. Con entrevistas o con datos recopilados de las redes sociales, esos espacios nutrieron la producción periodística sobre biografías maternales de trabajadoras de la industria cultural. Es decir, ofrecieron relatos sobre “las mamis famosas”, un motivo consolidado entre los temas del periodismo cuando se ocupa de la vida íntima de las celebridades.
Las representaciones e imágenes de ese recorte, el que constituye contenidos alrededor de las madres famosas, son evaluadas negativamente por la crítica cultural porque configura arquetipos que idealizan la maternidad, la estabilizan como un núcleo condicionante de la subjetividad femenina y como la fuente de su máxima felicidad. Para mencionar una mirada puntual, Beatriz Sarlo afirma que la maternidad de personalidades de la farándula se ha convertido en un género mediático “neo-post-romanticista”.
Sin desconocer que los contenidos de esas retóricas sobre las famosas conllevan operaciones de significación de sesgo maternalista, nos detendremos aquí en el cruce de lo biográfico, la fama y el activismo. ¿Qué usos de las redes sociales emergen cuando se articula la difusión de la vida íntima con la gestión de una condición como la fama? ¿Qué sentidos e ideas se le sobreimprimen al repertorio de las maternidades idílicas de las famosas a partir de las maniobras comunicacionales de algunas de sus protagonistas?
Las redes sociales pueden considerarse nuevas formas subsidiarias de circulación con las que las figuras famosas obtienen réditos simbólicos -por el crecimiento del interés que sus publicaciones provocan en los públicos y en el periodismo- y suman réditos económicos o materiales -por su amplia capacidad de vender productos en el mercado-.
Con la actividad digital, las celebridades proponen una forma particular de narrarse a sí mismas en la que la posesión del estatus diferencial de la fama es permeado con el relato de situaciones de la vida corriente. Esas instantáneas de lo cotidiano (los quehaceres domésticos, el cuidado infantil, los momentos de ocio) alimentan un efecto de proximidad e igualación y difuminan aquellos caracteres que las distancian de sus seguidores/as (que no poseen la condición de lo célebre). Pero al mismo tiempo en que la inmediatez y el contacto directo humanizan a las estrellas mediáticas y abren un vínculo de identificación empática con su dimensión no estelar, la trama de publicaciones de sus redes, que combina la escenificación del glamour con lo común, realimenta su exhibición espectacularizada y re-enmarca la especificidad cualitativa que las distingue: la fama.
Las redes sociales pueden considerarse nuevas formas subsidiarias de circulación con las que las figuras famosas obtienen réditos simbólicos -por el crecimiento del interés que sus publicaciones provocan en los públicos y en el periodismo- y suman réditos económicos o materiales -por su amplia capacidad de vender productos en el mercado-.
En Instagram, Chaves atiborra el feed con retratos familiares y vuelve espectáculo actividades cotidianas como los juegos de sus hijxs con su padre. A la par, incluye testimonios de su experiencia y emociones sobre la gestación y el puerperio en el marco de la pandemia. Adicionalmente, a lo largo de su gestación se desempeñó como una influencer sobre la maternidad: su cuenta se llenó de promociones de marcas relacionadas al consumo de embarazadas y madres. Estos posteos se intercalaron con otro conjunto de publicaciones en el que la temática es la actividad profesional: imágenes del backstage del reality sobre pastelería que condujo en televisión y de eventos y campañas publicitarias de sus tareas de modelaje.
Pero en las lógicas de las publicaciones recientes de Chaves, el relato de su biografía maternal confluyó también con el ciberactivismo: en el transcurso de su primer mes de puerperio avanzó hacia el contenido informativo sobre parto y lactancia con la transmisión de diálogos con profesionales, lo que constituyó un escenario de enunciación de derechos y demandas vinculadas con la maternidad.
En esas conversaciones, que alcanzaron en promedio alrededor de medio millón de visualizaciones cada una, se reflexionó sobre criterios y protocolos de intervención de profesionales de la salud durante los controles del embarazo y durante el parto; se aludió a la excesiva cantidad de cesáreas que se practican en Argentina; se insistió sobre el poco o nulo conocimiento respecto al derecho a participar y tomar decisiones en torno a los procesos corporales involucrados durante un parto; y se enumeraron los derechos previstos en la Ley 25.929 de Parto Respetado. Se demandó también que se actualicen por ley las incumbencias profesionales de las parteras; se mencionaron distintos miedos inoculados por profesionales que a priori consideran la gestación y el parto como situaciones de riesgo; se habló de la imposición de la postura horizontal para parir; se ofrecieron estrategias para atravesar los dolores de las contracciones y para lograr una lactancia exitosa; y se señaló la necesidad de respetar los deseos de las madres que no quieran amamantar. Simultáneamente, se presentaron algunas ideas biologicistas y naturalistas sobre las capacidades de las mujeres para parir, amamantar y/o cuidar, en función de consideraciones sobre su pertenencia a la especie mamífera. De este modo, las charlas recorrieron varias dimensiones de los derechos sexuales y reproductivos tramando un discurso con marcos interpretativos en los que se conjuga una mirada naturalista y la perspectiva de derechos. Es decir, en la que ciertas prácticas sociales como las modalidades de alumbramiento y de alimentación son ancladas en “lo que es natural” y el encuadre normativo de derechos se repone -principalmente- como una instancia de reparación cultural al avasallamiento de lo natural.
El alineamiento de Paula Chaves con las corrientes por el parto respetado y el apoyo a la lactancia materna no es una novedad. Desde 2013, con su primer embarazo, se expresó públicamente en acuerdo con un paradigma de crianza conocido como “de apego” (que propicia la lactancia materna a demanda y prolongada, la respuesta inmediata al llanto y el descanso nocturno compartido o colecho). Y tras su primer parto criticó las prácticas obstétricas del sistema de salud (con énfasis en “las cesáreas innecesarias”) y brindó información sobre las posibilidades de lograr con éxito un parto vaginal tras un nacimiento quirúrgico. La agenda feminista nunca fue parte de su universo de declaraciones públicas, aunque sí se pronunció a favor de la legalización del aborto. Pero la insistencia en difundir las vulneraciones que padecen parturientas y puérperas la ubican en la trama en la que se hilvanan la fama y activismo en los medios masivos y sociales.
Ese borde de la cultura de la celebridad –el que cruza la fama, lo íntimo y el activismo político- es relevante en tanto, como ha sido señalado por Carolina Justo von Lurzer, las mediatizaciones sobre el posicionamiento de personalidades de la farándula como sujetos de derechos exhiben funciones sociales específicas: producción y difusión de información significativa, escenificación de debates públicos, enunciación de demandas, habilitación de identificaciones y discusiones sobre el rol de los medios masivos.
Vemos entonces que, por un lado, en las redes sociales las personalidades famosas apelan a su función como referentes aspiracionales: a partir de la condición célebre y de usos de la experiencia personal, presentan estereotipos de sujetos, prácticas y emociones idealizados que se formulan enlazados al consumo de bienes o servicios promocionados. Y por otro lado, observamos casos en los que se asumen además como agentes catalizadores de la opinión, el reclamo y la defensa de movimientos o corrientes que luchan por visibilizar o demandar determinados derechos.
La inflexión discursiva activista de Paula Chaves en sus redes sociales implica una gestión de su condición de celebridad que, aún desde una posición cargada de privilegios y con la resonancia de la retórica idílica, habilita y aporta matices de sentidos que son posibles en una coyuntura de avance de las luchas por la igualdad, la ampliación y el cumplimiento de derechos de género.
En relación al género discursivo “mamis famosas”, buena parte de las experiencias difundidas en los últimos años dan cuenta de una complejización del modelo unívoco que circuló largamente en diversas superficies de la cultura de masas. Algunos elementos de ese modelo, que no se reduce a una construcción mediática sino que repone y a la vez realimenta la concepción social de la maternidad que se esculpió durante varios siglos, siguen vigentes. Porque aún en un contexto de discusión y problematización en torno a las atribuciones culturales de los géneros, los rasgos delimitados al rol materno configuran un núcleo ideológico resistente que opera con la presentación de sus elementos como si constituyeran una coherencia inalterable. La ideología maternal compone el modelo de la madre abnegada, amorosa, obediente a los saberes expertos, responsable individual y exclusiva del cuidado infantil, mujer cis-heterosexual, enmarcada en una familia biparental constituida a través de la filiación biológica.
Ese modelo circula en la escena cultural contemporánea y es factible encontrarlo en los contenidos de los textos de los medios masivos dedicados a intimidad y en las redes sociales de las famosas. Pero coexiste con otros modelos y otras experiencias que plantean desplazamientos respecto a la combinación naturalizada de sus elementos. Así, en los relatos biográficos de la maternidad de las famosas encontramos madres añosas, solteras por elección, transexuales y usuarias de las tecnologías de reproducción humana asistida. Sumado a esto, activistas por la promulgación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo, por la de trombofilia, por el cumplimiento de la de parto respetado, por la promoción de la lactancia materna, por el uso medicinal y recreativo del cannabis.
Nuestra aproximación observa que en las narrativas biográficas de las madres famosas conviven modalidades de configuración maternalista (que inscriben a las madres en marcos de referencia patriarcales) y modalidades de perturbación simbólica, en función de formas en las que muchas de esas madres maniobran los recursos disponibles en el contexto de su experiencia. La inflexión discursiva activista de Paula Chaves en sus redes sociales implica una gestión de su condición de celebridad que, aún desde una posición cargada de privilegios y con la resonancia de la retórica idílica, habilita y aporta matices de sentidos que son posibles en una coyuntura de avance de las luchas por la igualdad, la ampliación y el cumplimiento de derechos de género. Al capitalizar la potencialidad de su voz, fruto de su popularidad, y al asumirse como interlocutora válida, la conductora pone a discusión modos del ejercicio de la profesión médica, reclama el respeto de las voluntades y decisiones de las madres y reivindica, apelando a diferentes y contradictorios marcos conceptuales, derechos que la normativa argentina otorga a las mujeres y personas gestantes.
* Magister en Comunicación y Cultura y Licenciada y Profesora en Ciencias de la Comunicación (FSOC-UBA). Docente del Seminario de Cultura Popular y Cultura de Masas de la carrera de Ciencias de la Comunicación, UBA Contacto: marina.sdb@gmail.com
** Profesora de Enseñanza Media y Superior en Ciencias de la Comunicación Social y estudiante de la licenciatura (FSOC-UBA) Contacto: garbocciconstanza@gmail.com