Por Víctor Tapia* En 2017 se conmemoraron “50 años de rock en Argentina” con festivales oficiales y discos tributo. El rock argentino se unió para conmemorar a “La Balsa”, tema que ha sido consagrado como la primera canción del rock nacional. Sin embargo, en este caso aplica aquella frase de Scalabrini Ortiz que decía “todo lo que nos rodea es falso e irreal”. Hay doce primeros años de la historia de este género que vienen siendo sistemáticamente negados por “los especialistas” en la cuestión.
Intentaremos en este artículo aportar algunos datos para apuntalar una necesaria refundación de la mirada sobre los orígenes del rock argentino. La historia oficial niega (y se sigue negando) la existencia del rock en castellano antes de 1967. En esta visión, “La Balsa” habría marcado el fin de los covers y la apertura a composiciones propias. También se fundaría una antinomia entre el rock y el supuesto pasatismo de expresiones como el “Club del Clan”. Una fisura insostenible que ha sido aceptada como una verdad incuestionable a lo largo de los años.
Una investigación histórica demostraría rápidamente que la primera grabación de rock se realizó el 5 de diciembre de 1955, a través de una versión de “Rock Around The Clock”, un clásico del repertorio de Bill Haley compuesto por Max C. Freedman y James E. Myers. La grabación fue realizada por la orquesta de Roger Santander y saldría a la venta 1 de marzo de 1956. Lamentablemente, este disco de 78 RPM, se halla perdido y nunca fue reeditado. El otro dato relevante de esta grabación es que muy probablemente haya contado con la participación de Helen Jackson, pseudónimo de la ladycrooner Josefa Minerva Sánchez de Rolero. Al igual que en otros países hispanoamericanos, el rock nacional pudo haber nacido en la voz de una mujer como en los casos de Cuba, donde el tema de Bill Haley fue grabado por Doris de la Torre con los “Armónicos” de Felipe Dulzaides; Brasil donde el mismo tema fue registrado por Nora Ney, España donde “Sevillana Rock and Roll” fue grabado en 1957 por las hermanas Alcaide o México donde el movimiento del rock fue liderado por Gloria Ríos.
Lamentablemente para él y sus seguidores la grabación de Santander se realizó durante la autodenominada Revolución Libertadora. La fiebre del rock and roll tuvo su correlato local y los militares respondieron con detenciones masivas en los principales centros urbanos: Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mendoza y San Juan. En la Ciudad de Buenos Aires se emitió un decreto el 26 de febrero de 1957 que censuraba el baile del rock and roll bajo pena de cárcel. Una generación, identificada con el fenómeno, pagaría entre las rejas su pasión. Años después, la historiografía oficial del rock and roll argentino borraría estos antecedentes del relato sobre sus orígenes.
En la Ciudad de Buenos Aires se emitió un decreto el 26 de febrero de 1957 que censuraba el baile del rock and roll bajo pena de cárcel. Una generación, identificada con el fenómeno, pagaría entre las rejas su pasión. Años después, la historiografía oficial del rock and roll argentino, borraría estos antecedentes del relato sobre sus orígenes.
“Rock Around The Clock” de Haley se editó en su versión original en el país el 1 de marzo de 1955, sobre el fin del peronismo. El 1 de febrero del mismo año se había editado «Happy Baby/Dim Dim The Lights» (I Want Some Atmosphere), grabado también por Haley, el hombre del rulito. Ambos discos pasaron casi desapercibidos en sus primeras tiradas locales. Pero fue el estreno de “Blackboard Jungle” lo que despertó las pasiones rockeras en nuestro país. La película se estrenó en Argentina el 30 de noviembre de 1955, con Pedro Eugenio Aramburu ya el poder, y la ola represiva que se cernía sobre el país, sintonizaba con la crudeza del film.
En Argentina el rock and roll comenzó a sonar como un ritmo más por las orquestas de jazz de la época. Estas agrupaciones, que ya tocaban boogie woogie por ejemplo, fueron las primeras bandas de rock and roll del país. De hecho, la primera banda oficialmente constituida como tal fue un desprendimiento de la orquesta de Lalo Schifrin. Se llamaba “Mr. Roll y sus Rocks” y la lideraba por el trombonista y cantante Eddie Pequenino. El saxofonista del grupo, Arturo Schneider, provenía de la misma formación orquestal.
El disco debut de “Mr. Roll” fue grabado el 7 de diciembre de 1956 y salió a la venta en enero de 1957. Lo producción estuvo a cargo del mismísimo Schifrin, que tocó el piano en algún que otro tema. El furor fue tal que Eddie Pequenino comenzó a conducir un programa todos los viernes a las 20.30 por radio Splendid y terminó animando un concurso de baile de rock en el Luna Park durante febrero de 1957. Por allí pasó Pajarito Zaguri y un Norberto “Pappo” Napolitano de niño se hizo presente entre el público. A pocas cuadras de allí, el joven Moris descubriría el rock and roll en la confitería “Cabildo´” donde Pequenino “rocanroleaba” antes de iniciar el certamen.
La fiebre rockera en la Argentina produjo también un film titulado “Venga a Bailar el Rock”, estrenado el 29 de agosto de 1957, donde Eddie Pequenino canta dos temas con letras en inglés de su autoría. La música de la película fue compuesta por de Lalo Schifrin y Éber Lobato que también ocupó el papel protagónico, dirigió la coreografía y cantó la canción que daba nombre al film: un rock en castellano que antecede a “La Balsa” por diez años. No era un cover, el mismo Lobato se había encargado de su composición. También participaron de lo que se conoce como la primera película iberoamericana sobre el rock and roll Pedrito Rico, Alfredo Barbieri, Amelita Vargas, Eddie, Guillermo Brizuela Méndez y la gran Nélida Lobato.
El primer tema en castellano compuesto en Argentina fue “Rock con Leche” el 2 de febrero de 1956. El disco vió la luz en mayo del mismo año y en él se escuchaba al popular conductor de radio Délfor Dicásolo rockear junto a Pequenino. Aldo Cammarota y Santos Lipesker fueron los productores de esta obra donde intervino el mismo hombre que creó la expresión “Gorila” para referirse a los sectores antiperonistas; ocurrencia que le valdría el exilio durante la presidencia de Lanusse.
Las canciones en inglés tuvieron su importancia en el rock argentino entre 1955 y 1958. Tanto Pequenino, como la orquesta de Osvaldo Norton, los “Mac Ke Mac´s” (grupo vocal que cantó en inglés en su primer álbum del 1957) y la orquesta “Los Comandantes” (que grabó un solo tema compuesto por Santos Lipesker). Sin embargo, deberemos llegar al año 1961 para hallar otro disco grabado en inglés: el único larga duración de los “Rocklands” de Nicky Jones, desprendimiento de la orquesta de jazz “Los Platos Voladores”.
Los temas en inglés se volvieron relevantes recién en 1964 en medio de la Beatlemanía. Los Red Caps, supergrupo conformado por Johnny Tedesco, Nicky Jones, Lalo Fransen y Palito Ortega, intuyó la tendencia y grabó tres temas en ese idioma. Uno de ellos “My Bonnie” era una canción tradicional escocesa que se volvió conocida gracias a la versión de los Beatles junto a Tony Sheridan.
En noviembre de 1965 se lanzó el primer longplay de música beat argentina cantado en inglés: “Needles and Pins” interpretado por los Vip´s, una banda que supo hacer tanto covers como temas propios, antes de incorporar al mismísimo Víctor “Vitíco” Bereciartúa en sus filas. La tendencia fue continuada por “Los In”, que grabaron el primer tema compuesto por Luis Alberto Spinetta y por “Los Seasons” donde Alejandro Medina y Carlos Mellino hacían sus primero pasos antes incluso de Manal y Alma y Vida. La banda uruguaya “Los Shakers”, que con su primer simple lanzado el 27 de mayo del 1965 no sólo abrieron el paso a la música beat en inglés, sino que también aportaron gran calidad artística con sus canciones, fueron la nave insignia de una “invasión uruguaya” que tenía en “Los Mockers” y “Kano y Los Bulldogs” otros dignos exponentes. La movida oriental sin embargo ya había sido anticipada por “Los Iracundos” y preanunciada años antes por Los T.N.T. Extrañamente aún se escatima la influencia ejercida por estos músicos que muchas veces compartían estudios de grabación con intérpretes locales.
El castellano nunca fue abandonado por completo por los músicos de rock. “Los Jets” fueron la primera banda en grabar covers de los Beatles en español a fines del 1963, tendencia a la que se sumaron “Andy Maciá” y “Los Pick Ups” , banda a la que homenajeaban Los Twist en sus dos primeros álbumes. Otros artistas, como la cantante Mery Mitchel, prefirieron usar traducciones hechas por grupos mexicanos. Todas las versiones tuvieron la constante de recurrir al castellano en vez del inglés.
El castellano nunca fue abandonado por completo por los músicos de rock. “Los Jets” fueron la primera banda en grabar covers de los Beatles en español a fines del 1963, tendencia a la que se sumaron “Andy Maciá” y “Los Pick Ups” , banda a la que homenajeaban Los Twist en sus dos primeros álbumes. Otros artistas, como la cantante Mery Mitchel, prefirieron usar traducciones hechas por grupos mexicanos. Todas las versiones tuvieron la constante de recurrir al castellano en vez del inglés.
Hacia fines de 1964, “Los Guantes Negros” editaron su primer simple, con Billy Bond como líder y la participación de Alberto Hualde, futuro baterista de “Alma y Vida”. El “Bondo” cantó en español dos temas compuestos por el bajista Willy Quiroga y en 1965 se rebautizaron como “The Black Gloves” para empezar a cantar en inglés. “Los Búhos” se convirtieron en la primera banda beat con un longplay debut en diciembre de 1965. Sus dos placas contienen destacadas armonías vocales que repasan covers y composiciones de Jacko Zeller, ejecutivo de CBS radicado en Argentina desde sus tres años de edad (era alemán de nacimiento).
Bandas como Los Tammys, encabezados por Johnny Allon, siguen rockeando en castellano, incorporando el repertorio Beatle. El tecladista Ronnie Montalbán se apartaría de la banda de Allon para convertirse en el primer músico dedicado al ska en el país mucho antes que aparecieran Los Fabulosos Cadillacs. Las “chicas” también abrazaron el beat en español: “Las Mosquitas” se convirtieron en 1965 en la primera banda argentina formada enteramente por mujeres que grabaría un longplay que tendría también una edición en Estados Unidos. En esta placa podían escucharse varios covers y temas compuestos por jazzeros argentinos como Carlos Antinori y Ricardo Romero de “Los Cinco Latinos” y el pianista Buby Lavecchia.
Las “chicas” también abrazaron el beat en español: “Las Mosquitas” se convirtieron en 1965 en la primera banda argentina formada enteramente por mujeres que grabaría un longplay que tendría también una edición en Estados Unidos.
En mayo de 1965, con una guitarra eléctrica prestada por los Iracundos, grabaron su primer simple Los Gatos Salvajes. La banda de Nebbia y Fogliatta ya cantaba en español y sólo recurrió al inglés en un cover en su único larga duración lanzado el 27 de julio de 1966 y en algunos temas de sus vivos. Ciro Fogliatta ya había grabado en 1963 un simple de rock en castellano con los Wild Cats, cuyo lado B fue creado por la cantante y compositora Élida Beatriz Klurfman Grinberg. La canción se llamaba Calculadora y fue un éxito del “Club del Clan” de Lalo Fransen.
Sin embargo se sostiene que el rock nacional vino a luchar contra el “Club del Clan”. Para complicar un poco más las cosas, Johnny Tedesco hizo una fotonovela con “Los Gatos Salvajes” en noviembre de 1965 y Alfredo Toth debutó como bajista en un lado B lanzado por Tedesco en diciembre del 66, que secundaba el cover de una canción “antibélica” traducida por el propio Nebbia. El mismo Litto compuso también siete temas de un disco beat de Tedesco, lanzado a fines del 67.
Dejamos estos datos a modo de muestra de lo necesario que es una refundación histórica de los orígenes de nuestro rock. No debería sorprender que en este campo haya sucedido lo mismo que en el teatro o la literatura donde Juan Moreira y El Matadero han sido designado como inicios arbitrarios de lo “nacional”. En estas operaciones se escondía la ideología de la oligarquía conservadora que dominó a nuestro país a fines del siglo XIX y principios del XX. El rock argentino realizó una continuación “por otros medios” de estas decisiones de la historiografía liberal.
Como decía Arturo Jauretche: ”Mucha gente no entiende la necesidad del revisionismo porque no comprenden que la falsificación de la Historia es una política de la Historia, destinada a privarnos de experiencia que es la sabiduría madre”.
*Victor Tapia es periodista especializado en música y estudiante avanzado de Ciencias de la Comunicación (UBA). Se encarga de la codirección de la revista cultural Universo Epígrafe (www.universoepigrafe.