La concha de todo, Raúl

Por Flor Canosa*. Vos, Raúl, vas a decir que soy una minita hablando del Mundial porque resulta que ahora nos hicieron creer que somos las dueñas de la revolución y de las ideas que antes eran de ustedes. Y que es re políticamente correcto que una minita hable del Mundial. Aunque no tenga pija. Porque viste que para los argentinos la pija es todo, ¿no? No te hablo en inclusivo porque sé que te va a dar algo. No sé, Raúl… me convocaron porque le puse huevos a analizar pasionalmente qué (me) nos está pasando este año, este mes. Y como soy minita y la cabeza me va a mil por hora (¿viste que las mujeres podemos hacer diez cosas a la vez?), te voy a comentar varios temas como cuando hablo con mis amigues (perdón, se me escapó el inclusivo, mala mía). Encima me está por venir, agarrate.

No sé, Raúl… vos detenete a mirar, ponele pausa, clavale el VAR a este mes de junio que fue atravesado por dos partidos, sus equipos y sus hinchadas. No, no te estoy hablando de nuestra contienda con los vikingos o con los del mantel de picnic. Te estoy hablando también de las calles teñidas por la marea verde de la lucha por la despenalización del aborto. Lxs pibxs lo hicimos (¿eso cuenta como inclusivo). Te pido disculpas si pensás que el feminismo está rompiendo todo, hasta la pasión mundialista. O si pensás que somos yeta con nuestras reivindicaciones verdes. ¡Mirá si por nuestra culpa gana Nigeria!

Por eso me pinto las uñas de verde y te posteo en Facebook sobre el Mundial en tiempo real y con delay y no puedo evitar pensar y sentir que este Mundial, para mí, es el negativo perfecto del 2014. Bueno, esta época es el negativo de la anterior, pero ese es otro tema.

Por eso me pinto las uñas de verde y te posteo en Facebook sobre el Mundial en tiempo real y con delay y no puedo evitar pensar y sentir que este Mundial, para mí, es el negativo perfecto del 2014. Bueno, esta época es el negativo de la anterior, pero ese es otro tema.

Te escribo mientras grito y mi chongo me ceba mate porque él de fútbol no sabe nada así que le explico lo que es posición adelantada y de qué color son nuestras camisetas. Le chisto antes de que diga otra boludez. Le rajo una puteada cuando me tapa la tele y se va solito de la cama para chequear que no sea yeta, porque este partido lo tengo que ganar. No te asustes, Raúl, no todos los tipos se están deconstruyendo tan rápido. No, no entendiste nada, no es que el fútbol saque el macho que hay en mí, es que ya no me avergüenza ser yo misma. Y sigo sin tener pija, ¡qué loco!

No sé a quién votaste, Raúl, y seguramente no me lo vayas a decir porque sos «apolítico» y predicás esa idea de que si le va bien al Gobierno, le va bien al país y seguís repitiendo el discurso masticado por otros aunque las evidencias de que al país le está yendo para el carajo las tenés en tu bolsillo. Sos de esos que repiten que hay que dar tiempo, arreglar el desastre que dejaron los anteriores. Que vos de política no entendés nada, pero sos un experto en fútbol, así que ni hablar si le va bien a la selección. Bueno, creo que me puedo dar una idea de a quién votaste.

No, Raúl, no soy de la idea de que el Mundial sea una cortina de humo. No creo que la FIFA y Putin estén muy preocupados porque nos van a meter una reforma laboral en cualquier minuto del alargue. Me miré casi todos los partidos, Raúl. Grité el gol de México contra Alemania, imaginate. Lo grité una octava más abajo que cuando grité la aprobación de la media sanción en Diputados. No, lo de octava más abajo no es porque me esté por salir la pija, te juro.

Mirá, Raúl, pienso que nos desnudamos en cada Mundial, porque la impunidad del argentino en suelo extranjero es casi como el argumento de la película “La purga”. Tenemos un mes para desquitar todas nuestras miserias en suelo extraño.

Nos convertimos en un catálogo de animalitos falocéntricos albicelestes. Imaginate que los que pueden irse a Rusia no son todos de La Guardia Imperial de Racing (sí, sé cómo se llama la barra brava y no tengo pija) sino exponentes de la clase media para arriba. Ya no podemos acusar a los «negros», ese colectivo que sirve siempre de chivo expiatorio, por hacernos quedar mal. No nos hacen quedar mal, es casi genético, Raúl. Parece que fuese un acuerdo para abusar de todos los lugares comunes del machismo, o «machirulismo». Ya sé, Raúl, estoy muy politizada y la RAE no acepta mis términos. Dame tiempo.

«Soy de otra generación», se excusa el subnormal que hace decirle a una menor rusa, como una humorada de neandertales, que está esperando para chuparle la pija a todos los argentinos. Porque si somos eso, una gran pija esperando la felación. «Todos mis amigos en Rusia hacen este tipo de videos», dice, en el colmo de la falta de códigos. Raro, ¿no? Una supondría que estos tipos tienen fidelidad hacia sus amigos pero quizás sea sólo cuando no es cuestión de salvarse el propio culo. No te preocupes, ya se viralizaron otros casos. Uno que le pide a una extranjera que diga «me gusta el pete». ¿Te causa gracia, Raúl? ¿También te causa gracia que un policía quiera usar los pañuelos verdes para practicar tiro al blanco? ¿Y que un médico diga que nos va a realizar abortos sin anestesia? Lo que pasa, Raúl, es que encima somos tan pijudos como exhibicionistas y en esta era de posverdad… te la regalo.

«Todos mis amigos en Rusia hacen este tipo de videos», dice, en el colmo de la falta de códigos. Raro, ¿no? Una supondría que estos tipos tienen fidelidad hacia sus amigos pero quizás sea sólo cuando no es cuestión de salvarse el propio culo

Somos los mismos bien pensantes que queremos expulsar a los extranjeros (ni hablar si son negros africanos) y luego nos ponemos la camiseta de Nigeria. Claro, sólo hasta que nos toque jugar contra ellos, entonces vuelven instantáneamente a vendernos relojes de oro falso en Avellaneda y que se vayan todos nos usan los hospitales se cogen a nuestras minas negros de mierda. Pero cuando están por jugar sólo pensamos en que ellos tienen la pija más grande que nosotros. Con esa pija nos van garchar. Porque, ¿qué decimos cuando suponemos que vamos a perder? «Estos nos van a garchar». Así estamos, el problema es quién es el portador de la pija, porque si la pija es nuestra, está todo bien.

Somos la gran pija argentina que en fraternidad le mete cuatro pijazos al rival y se recibe de héroe. Igual que cuando mandamos a una chica de 15 años a que diga que nos la va a chupar, a nosotros, los machos de américa. Después nos defendemos diciendo que nuestros amigos hicieron lo mismo.

Tenemos un presidente que anduvo de gira por los caminos gastando a cuanto mandatario se le puso enfrente, midiendo la pija de nuestra calidad futbolística contra todo protocolo. Al final, no es necesario ni ser un barrabrava ni un clasemediero para andar detentando falo por el mundo.

¿Y ahora de qué tamaño la tenemos, Raúl? ¿Y ahora qué hacemos con la impotencia de que nos vamos a quedar afuera? ¿Y ahora qué pensamos de los «manteros» que definen nuestro futuro futbolístico? ¿Seguimos siendo los machos todopoderosos o estamos garchando con la pija muerta? ¿No será que queremos ganar para mandarnos la parte con nuestros amigos o seguir diciéndole a Putin y Merkel que «les vamos a ganar, putooooos»?

Como no soy tan dispersa como parezco y todavía no me bajó, te diría que un grueso de los argentinos estamos empezando a tener concha, Raúl. Y que el Mundial no tapa nada, todo lo contrario, nos expone, nos desnuda en toda nuestra miseria. Si hay tantos argentinos que están jugando el Mundial en pija, no entiendo cómo te horroriza que nos pongamos en tetas para mostrarle al mundo que estamos armando nuestra pequeña revolución.

Como yo, acá buscando cuál sería la cábala para meter un gol merecido o para que Messi no sufra tanto desde el primer minuto del himno. Sin pija. Con la concha triste, te juro. Pensando si perder no sería bueno para que estos no detenten el mérito político de la victoria, como consuelo ante lo posible. Y pensando en que quizás perder sea el castigo a los machirulos que andan abusando de la confianza de las pibitas rusas.

No importa. Si hacemos un gol (porque lo hacemos los 40 millones, ¿no era así?), lo voy a gritar con el pañuelo verde atado en la cartera. Espero ya estar menstruando y que ganemos porque si no, me encontrás en Plaza de Mayo; soy la que está en tetas grafitando un patrullero, Raúl.


*Flor Canosa es docente en la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) desde 2002. Guionista y Montajista egresada del ENERC. Como escritora, publicó dos novelas y participó en antologias como «Sucias de caucho» y «Futuro Imperfecto».