Jesús Martín Barbero (1937-2021)

Por Santiago Gándara* 

Para los estudiantes de comunicación, la noticia del fallecimiento de Jesús Martín Barbero no debe haber pasado inadvertida. Se trata de uno de los autores más leídos en las carreras de toda América Latina e incluso el más reconocido como representante de los estudios culturales latinoamericanos en la academia estadounidense y europea.

Su libro De los medios a las mediaciones (1987) no solo marcó a toda una generación de investigadores y a los primeros estudiantes sino que además produjo uno de los desplazamientos más notorios del campo de la comunicación que, desde entonces, propuso nuevas perspectivas para analizar nuevos objetos que ya no podían ceñirse al análisis de los medios y sus lenguajes. La cultura cotidiana, lo popular en la cultura de masas, las experiencias de los públicos, los modos de reconocimiento e identificación en los procesos de recepción y consumo, los procesos hegemónicos en permanente reconfiguración, fueron algunos de los temas y problemas que anudó en su obra y que le permitió trazar un programa de investigación para interrogar al poder desde otros lugares, donde se cocinarían resistencias, negociaciones, desvíos, tácticas más o menos conflictivas por parte de las audiencias, las culturas populares.

Con todo, Martín Barbero selló en esa obra, que operó casi como un manual de entrada a los estudios de comunicación, algunos lugares comunes en aquellos años ochenta, cuando el campo de la comunicación y más extendidamente el campo intelectual, revisaba crítica y autocríticamente el pasado reciente (la derrota política de los “setenta”) no tanto para superar los errores como para abandonar incluso las razones que los habían movilizado en un período de revoluciones y radicalización social.

En ese sentido, De los medios… permitió pensar aquello que no podían habilitar los trabajos más reproductivistas y deterministas. Pero, al mismo tiempo, definió un balance esquemático de los estudios comunicacionales de los años setenta –al que recusaba por su incomprensión de lo popular- , clausuró una lectura de la Escuela de Frankfurt –bajo el expediente del aristocratismo cultural-, interpretó el concepto gramsciano de hegemonía en clave de consenso –desplazando las operaciones de coerción-, leyó de un modo sesgado –menos político y más culturalista- la tradición fundadora de los estudios culturales británicos.

El camino abierto por Martín Barbero –que supo condensar los debates y conversaciones de muchos investigadores de aquella década– le dio un buen certificado a los estudios culturales latinoamericanos –algo que, como él mismo repetía, se hacía en la región desde hacía muchos años- pero al mismo tiempo participó del progresivo abandono de las teorías y conceptos clave de las tradiciones críticas –marxistas, digamos con más claridad– sin las cuales resulta oscurecida cualquier reflexión e investigación sobre la cultura y la comunicación.

A la luz de la rebelión en Colombia –su país de adopción–, que se extiende por toda Latinoamérica, volver a leer su obra –hacia atrás: Comunicación Masiva: discurso y poder (1978); y hacia adelante: sus trabajos en torno a las políticas culturales y comunicacionales, entre tantos otros– puede ser tanto un homenaje como una necesidad para seguir indagando sobre los problemas de la comunicación y la cultura, y para encontrar salidas verdaderamente populares a la crisis.


* Profesor adjunto regular de Teorías y prácticas de la Comunicación II (Sociales, UBA) y titular regular de Teorías de la Comunicación Social II (Humanidades, UNLPam). Doctorando en la Facultad de Ciencias Sociales. Mail: sjgandar@sociales.uba.ar Twitter: @sjgandar