Por Paz Busquet *
Niñeras
Cuerpo mío,
recordá que las quisiste,
que todos (m)amamos
mujeres alguna vez.
Charo
Charo, madre de tres
me dijo que Elisa, la segunda,
vino con violación, que era la primera vez
que lo contaba, que me lo decía a mí,
porque me tenía confianza
que el Fernando la trajo a Argentina,
que la ayudó con el embarazo,
que por eso lo quiere,
no importa que a veces, borracho,
le levante la mano. El Fernando cayó preso.
Charo me contó de la revisación,
de las visitas a la cárcel.
¿Para qué vas?, le pregunté.
Charo tenía fobia a los alguaciles,
se asustaba de nada y de todo,
si tenía que pegar, mordía.
Sabía esperar en las esquinas
reconocer un patrullero,
cambiar el rumbo, perderse.
Mamá la dejaba hacer.
Ella nos enseñó a desconfiar
a entornar los ojos, entregar.
Marilú
¿Hermana, cuántas mujeres
cuidaron de nosotras?
Te escuché gritar cuando ella
te bañaba con agua fría
por ser rebelde, dijo.
Desnuda esperaba en el pasillo
a que me llegara el turno.
Te oí gritar, yo no me olvido.
Pero lloraste más y distinto
cuando ella se fue.
El amor helado sobre
cuerpos chicos
se extraña.
Benita Verónica Mercedes
Me dijo que quería abortar.
La escuché, no abrí la boca
pero me imaginé a Fidel
aquel primer hombre.
Benita me aconsejó
que por las dudas siempre
usara bombachas limpias.
La veía bañarse, secarse
el pelo, pintarse las uñas
de los pies de las manos.
Siempre con la toalla
en la cabeza
para que no se le mojara
el camisón casi transparente.
Benita, tus pechos grandes,
tus uñas largas y tu sonrisa
demasiado para esa cara estrecha.
Tu pelo pesado, negro, brillante.
¿Eras una mujer?
¿Otra nena que jugaba a cuidarnos?
*Nació en Buenos Aires en 1985, estudió Comunicación Social (UBA) y es docente de Poesía Universal en la UNA. Publicó Crudas (Audisea 2015), libro por el que obtuvo una mención en el Fondo Nacional de las Artes y del que se tomaron los poemas de esta serie.